Se realizó en absoluta coherencia con el perfil del cliente, para crear una estética a su medida. En esa labor se dio al espacio un estilo único y personalizado, donde cada objeto y detalle fue pensado y equilibrado entre el valor de la función y el gusto por lo bello, destacando como singular, el diseño de la baranda en alusión a las curvas de un violín, pasión del cliente, entre tantos otros objetos con impronta personal, planteados y distribuidos inteligentemente dentro de un amplio Loft de estilo Victoriano-Industrial.
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