Se refiere Dios con esta tristeza a la tristeza que trae el pecado, no significa que cuando el Señor nos da una bendición no exista en ella nigún problema. Por supuesto que si Dios nos otorga por ejemplo un nuevo trabajo, va a ser el trabajo perfecto para nosotros, el justo y necesario para hacernos crecer, pero no será, como bien se dice todo color de rosas. Van existir desafíos en las nuevas bendiciones, pero está todo contemplado por Dios, ya que estás nos ayudarán a bien, y es por eso que dice que la bendición de Dios nos enriquece. Al ser la bendición de Dios, la que hemos esperado y la cual se nos ha otorgado, tenemos la paz y la convicción de que vamos en aumento y que en absoluto NO nos hemos salido de la voluntad de Dios. El estar certeramente en la voluntad de Dios para nuestras vidas nos llena de felicidad y paz, nos da confianza y no llegamos a ser embargados por la tristeza que hay en este mundo. Es decir la tristeza del que vive lejos de Dios y en pecado, sintiendo ese vacío y falta de propósito, sin saber bien con lo que tropieza por la falta de entendimiento. De ahí la importancia fundamental que tiene el que prediquemos la palabra de Dios, para que la gente vea y salga de su error. Pero al andar el hijo de Dios en la voluntad del Señor y recibiendo sus bendiciones, esperando en obediencia se libra de dicha tristeza y se enriquece con ella.