_ Con Sus Ojos _ |
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. Enseñanza 2 |
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Verdaderos adoradores.
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 | "La hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren." Juan 4:23 | ||
El versículo se refiere a una adoración sincera en comunión con el Padre y guiados por su Santo Espíritu en el nombre de Cristo. No es una adoración fingida y para impresionar el ojo del hombre, sino que es un acto puro de amor donde solo importa lo que los ojos del Señor ven.
El altar de Dios en la tierra son nuestros corazones y ahí existen cosas buenas y malas, ambas se le ofrendan a Dios. El Espíritu Santo es el fuego de Dios en el altar, nuestro corazón, donde lo bueno aumenta y se perfecciona y lo malo es quemado voluntariamente. Es decir que nosotros con pleno entendimiento se lo rendimos al pedirle que nos cambie y quite dicha falta o debilidad (donde él se fortalece, en nuestras debilidades) Esto sucede mediante la adoración, esto es un acto puro y sincero de adoración, porque es obediencia y rendición por amor a Dios. La adoración es obedecer a Dios, no es una obediencia natural como nos han enseñado en el mundo, según los valores y formas de este mundo, sino que es una obediencia con entendimiento y voluntaria. Dios nos pide obediencia porque de esa manera somos librados de la muerte espiritual, la cual se da por el pecado. Pues solo evitando esta muerte es que nos libramos del infierno y vamos a la morada celestial junto con él por la eternidad. Lo primero que procura y ocupa a Dios es la salvación de nuestras almas y la segunda razón por la cual Dios nos pide obediencia es para que todo lo que hagamos en esta corta vida mortal sea prosperado y nuestro propósito en esta vida se cumpla para nuestra plenitud y bendición y para la plenitud y bendición de muchos más.
Podemos ver entonces y entender que la obediencia nos beneficia primeramente a nosotros mismos y a nuestro prójimo, y en nada afecta a Dios. Muy distinto a la obediencia que se nos enseña en el mundo, la cual generalmente es para satisfacer los beneficios e intereses de otro u otros. Dios como el Verdadero y Puro ejemplo de un Padre amoroso nos pide que seamos obedientes a su Palabra para que nosotros seamos libres y prósperos ahora y por siempre. Es por amor a nosotros que se nos pide obediencia, y se convierte en adoración justamente porque ésta obediencia a Dios se realiza por y con entendimiento de cuanto Dios nos ama y de esta manera es como toma otro sentido nuestra obediencia, ya que se torna en una muestra recíproca de amor y gratitud a Dios, elevándose como grato perfume que sube del altar <3 al trono de Dios.
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| "Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero." 1º Juan 4:19 | ||
Al rendírle todo en el altar, es como ponemos en practica su palabra y esto se hace justamente para poder vivir u obedecer su Palabra, debido a que nos reconocemos pecadores y débiles ante Dios y necesitamos que su Santo Espíritu se fortalezca en nuestra debilidades. Entonces es cuando el fuego del Espíritu toma el lugar de nuestras faltas y limitaciones humanas para transformarlo todo. Y podemos ver en esta dinámica el corazón de Dios y su carácter, como tiene el poder de transformar un defecto o pecado humano, el cual huele muy mal, en un hermoso y grato perfume para él, por medio de una acción de humildad, arrepentimiento y amor de nuestra parte. Pero por supuesto es muy importante recordar que nada de esto sería posible sin la sangre derramada de Cristo en nuestras vidas, la cual nos ha redimido. Es tal sangre la señal de un pacto mucho más superior, de que somo suyos y que hemos aceptado y recibido a su Hijo Amado como nuestro Señor y Salvador. Y por medio de ella somos aceptos delante del trono del Padre Celestial.
He aquí uno de los aspectos de una verdadera adoración.
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"ARDE EN MÍ" ///Arde en mí Arde en mí Que el Espíritu del santo Dios Arda en mí///
Como el fuego arde Tu palabra en mi corazón purifícame Con tu fuego, Señor
///Arde en mí Arde en mí Que el Espíritu del santo Dios Arda en mí///
| Hasta en mis huesos Te siento arder, Señor Consume Hazme tuyo hoy
///Arde en mí Arde en mí Que el Espíritu del santo Dios Arda en mí///
(Pasión por Dios y celo por su santidad)
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